lunes, 25 de abril de 2016

La Alta Moda




El término llamado “Haute Couture” o “Alta Costura” nació en París, Francia, ciudad que es considerada en la actualidad la capital mundial de la moda, a mediados del siglo XIX está protegido por la ley.
Según la cámara sindical de la alta costura parisina se refiere a la creación de ropa a la medida y sobre pedido de cada cliente. El couturier Charles Frederick Worth que llegó a París tras siete años de formación en Londres y es considerado el padre de la alta costura, fue el primer diseñador de moda de la historia del que se tenga conocimiento, pues antes de él la moda se basaba en los estilos de las cortes reales y los atuendos eran copiados por costureros anónimos que no tenían grandes conocimientos en la materia.
Woth creaba diseños únicos para sus clientes, pero también hacía presentaciones de sus creaciones, que eran lucidas por modelos. En 1858 funda junto a su socio, el sueco Boberg, su propia casa de moda en el número siete de la Rue de la Paix en París, de la que toma en 1871 la dirección en solitario, marcando así el comienzo de las pasarelas o desfiles de moda.
Fue el primer diseñador en atribuirse la categoría de celebridad al firmar sus creaciones como se firman las piezas de arte. Además, cada nuevo año presentaba una colección que era la sensación entre la élite europea. Sus diseños se caracterizaban por líneas sencillas, redujo la crinolina en las faldas y el exceso de tela que solían llevar en la parte de atrás resaltando la figura femenina. A partir de su gran éxito, surgieron otras casas de moda, tales como Lanvin, Chanel, Schiaparelli, Balenciaga y Dior.
A principios del siglo XX, la moda seguía siendo generada casi en su totalidad en París, donde se creaban grandes espectáculos para presentarla, editores y compradores de todo el mundo llegaban a la ciudad de la luz y las prendas eran copiadas abiertamente para ser reproducidas en otras ciudades. Al final de la segunda Guerra Mundial las cosas cambiaron, la moda para las masas alcanzó gran auge, y la alta costura sufrió un declive.
Ahora para las casas de moda la ropa hecha a la medida ha dejado de ser su fuente principal de ingresos, pero mantener una colección de “Alta Costura” les ayuda a mantener el prestigio y las ventas de sus líneas de ropa “Pret – a – Porte” pues siguen siendo un símbolo de status y elegancia y son usadas por las esferas más altas de la sociedad mundial.
Para que una casa de moda pueda describirse como “alta costura” es necesario que cumpla los siguientes requisitos:
• Vender cada modelo de la colección no más de una vez en cada continente.
• Tener un taller en París empleando a mínimo 20 artesanos de tiempo completo.
• Exponer 2 colecciones al año, un mínimo de 35 modelos de día y noche por colección.
Debido a la rigurosidad de dichos requisitos, los diseñadores hacen un gran esfuerzo año con año para poder denominarse Haute Couture. Estos diseñadores no sólo desean cumplir con las reglas establecidas por dicha cámara, sino que pretenden que sus piezas causen admiración y agrado entre el público y la industria de la moda.

Anna Wintour

                         


Alguna vez un diseñador confesó: “Siempre hay un momento en el que uno se cuestiona si lo que está haciendo le gustará a Anna Wintour o no. El que en este trabajo diga lo contrario está mintiendo”. En realidad no exageraba: la revista Vogue es considerada la biblia en cuestiones de moda con ganancias en publicidad de más de 345 millones de dólares al año. Y si la publicación es palabra sagrada en la industria, su editora en Estados Unidos desde 1988 es dios.
Anna Wintour es considerada la fuerza más influyente en el mundo de la moda. Cuando le preguntan qué es lo que no tolera, es enfática al afirmar que la mediocridad: “Si veo una colección y siento que el diseñador ha sido perezoso o ha tomado inspiración de otros, eso no solo me aburre sino que me enfurece”, explicó hace algún tiempo en una entrevista con el programa 60 Minutes. Cuando eso sucede, su respuesta no es criticar abiertamente el trabajo del creador. En lugar de eso, su estrategia es el silencio. Ese diseñador no aparecerá en las codiciadas páginas de Vogue, con el claro mensaje de que lo que no sale en la revista simplemente no existe. Por eso los diseñadores se desvelan por su aprobación. Tanto es así que enloqueció a los organizadores de una reciente Semana de la Moda de Milán cuando dijo que solo iría un par de días: todos los diseñadores hicieron llamadas de emergencia para volver a agendar sus presentaciones de manera que ella no se las perdiera.
Quienes trabajan con ella o han tenido la oportunidad de conocerla, aseguran que “la jefe” no acepta un “no”. Su voluntad siempre se impone y no hay dos posibles respuestas a sus solicitudes: “Si recibo una petición para hacer algo que no quiero, primero recibo un mail, luego una llamada de alguien de Vogue, y entonces sé que es imposible molestarme en decir que no, pues la próxima llamada será de Anna”, aseguró al Wall Street Journal el creador Marc Jacobs. Y es que Wintour fue para él una especie de hada madrina, pues tiempo atrás, cuando el diseñador y su socio no tenían dinero, la editora convenció al magnate Donald Trump de que les prestara el salón de fiestas del Hotel Plaza para un desfile. Tampoco pudo negarse a su petición Bernard Arnault, dueño del conglomerado de artículos de lujo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy), de que contratara al diseñador John Galliano para trabajar en la marca Dior. Gracias a sus amigos influyentes se las ingenia para conseguir lo que quiere: ella no amenaza ni ruega, pero deja claro que si uno de sus deseos es cumplido, la revista apoyará a quien la beneficie.
La publicación funciona como una dictadura, ella es quien tiene la última palabra, algo que ha funcionado teniendo en cuenta el prestigio del millonario imperio que ha construido. “Me gusta estar encima de todo. Leer hasta el último pie de foto. He comprobado que la gente hace las cosas mejor cuando estás pendiente de los detalles todo el tiempo”.
A Anna Wintour la han llamado “genio”, “una estrella”, como la calificó Oscar de la Renta. Pero mientras sus más cercanos amigos y leales colaboradores que llevan a su lado veinte años la definen como una máquina de trabajo, de energía inagotable, con una visión única, capaz de hacer las mejores predicciones, sus detractores, entre ellos algunos de sus exempleados, se han encargado de mostrar su lado más cruel y temible. Su característico impecable estilo, con su corte perfectamente milimétrico, sin un pelo fuera de lugar, es el reflejo de su férrea disciplina. Sus gafas oscuras de Chanel, que ha usado tanto en exteriores como en recintos cerrados, aumentan la impresión de que es impenetrable. Ella misma ha explicado que funcionan como una armadura: “Cuando estoy en un desfile, si estoy aburrida, nadie lo notará. Y si estoy disfrutando… nadie lo notará”. No le gusta que la gente lea sus emociones. Cuentan que su oficina muestra claramente su personalidad inalcanzable, pues luego de un largo pasillo, que podría parecer una pasarela, al fondo, alejado, está su gran escritorio. Hasta ese lugar llegó una joven en busca de trabajo que contó su amarga experiencia al periodista Jerry Oppenheimer, autor de una biografía no autorizada de Wintour: “Anna fue muy, muy fría y contradijo todo lo que yo decía. Es muy atemorizante. Mis conocidos me dijeron que era mejor no trabajar con ella, que todos en Vogue eran miserables y vivían aterrados por esa mujer. Muchos de los que trabajan a su alrededor son homosexuales, los únicos a los que ella no asusta. La verdad es que a Anna no le agradan las mujeres, lo que es bastante curioso tratándose de la editora de la revista destinada a público femenino más influyente del mundo”.
Según Oppenheimer relata en su libro, la periodista espera que en su revista los empleados tengan cierto estilo y los elige por su apariencia: “La gente que trabaja aquí tiene que lucir de cierta manera. Si alguien no ha cambiado su estilo en seis meses… algo no está funcionando bien”.
Su leyenda negra cuenta que la editora odia el contacto visual, que si un subalterno tiene la mala suerte de toparse con ella en el ascensor, es mejor no mirarla, ni tratar de ser simpático con una charla irrelevante. En realidad a Wintour no le interesa ser amable, asegura que cuida de sus amigos, pero que “trabajo es trabajo” y prefiere no perder el tiempo en conversaciones triviales. Ella misma ha explicado que sufre de déficit de atención y que por eso exige a sus asistentes que resuman en una línea lo que quieren decirle en lugar de explayarse en explicaciones que no va a oír.
Es tanta su obsesión por no desperdiciar un minuto que es amante de la puntualidad. Critica a los diseñadores que hacen esperar a su audiencia en los shows y ha dicho que por eso extraña al fallecido Gianni Versace, “el único que siempre empezaba puntual”. Por eso es la primera en aparecer en la escena con sus típicos tacones de Manolo Blahnik, su celular y su libreta de apuntes. Y si no es la primera en llegar es porque, para no perder tiempo, llamó previamente al diseñador para preguntarle la hora exacta de inicio del desfile. En su rutina diaria aplica la misma máxima: se levanta a las 5 de la mañana, por lo general juega tenis, aunque ciertas dolencias, a sus casi 63 años, la han alejado de las canchas ocasionalmente. Luego viene la sesión diaria con un estilista profesional, un capricho costeado por la revista, que según dicen le paga al año doscientos mil dólares para su ajuar personal, además de su salario estimado en cinco millones de dólares anuales. Luego, a las 8 de la mañana ya está lista en su oficina, ubicada en Times Square. Es tan disciplinada que no se permite subir de peso, es talla cuatro y por eso alguna vez fue descrita como “un insecto glamuroso”. Al parecer es poco lo que come, y habría dicho que no le gusta masticar, y su dieta, la mayoría de las veces, se limita a sándwich de huevo con mayonesa y puré. Además, por lo general, no se permite estar por fuera de casa después de las 11 de la noche, aunque se trate de una fiesta organizada por ella. De hecho, durante mucho tiempo, para Wintour, una mujer divorciada, era importante estar con sus hijos, Charles y Katherine Schaffer (quien siguió sus pasos y es periodista), a las 6 de la tarde, pues “la revista va a estar ahí siempre, al día siguiente”.
Su carácter demandante y gélido le ha valido ganarse apodos como Nuclear Wintour o Winter (un juego de palabras con su apellido e “invierno”), algo de lo que a veces se burla con un humor seco, pues rara vez responde a las críticas. Es famosa la novela El diablo viste de Prada, escrita por una de sus exasistentes, Lauren Weisberger, donde la protagonista, una joven recién graduada con ansias de ser periodista, debe trabajar para una editora implacable que hace peticiones imposibles y trata de ineptos a quienes no le cumplen. El libro fue exitosamente llevado a la gran pantalla con Meryl Streep en el papel de la intransigente Miranda Priestly, al parecer una caricatura de Wintour, quien asistió a la premier vestida de Prada. Entre sus más feroces críticos se encuentran los defensores de los derechos animales y la organización Peta, pues Wintour no oculta su afición por las pieles. En una oportunidad fue atacada con un pastel de tofu, y en otra le lanzaron un animal congelado. Ella se limitó a recogerlo con una servilleta mientras seguía tomándose su infaltable café. Sin embargo, un día decidió vengarse y respondió a las protestas enviándoles a sus detractores un jugoso filete de res.
Verdad o leyenda, lo que nadie discute es que ella funciona como una Midas de la moda: lo que ella señala tiene éxito. “Todos los diseñadores revisan lo que Anna piensa sobre cuáles son las últimas tendencias. Ella les da una idea de lo que el público quiere y para lo que está listo, aseveró alguna vez el editor de Condé Nast, el grupo editorial al que pertenece Vogue. De esta manera su palabra tiene un eco no solo en los creadores, sino también en los compradores y en las tiendas, que deben prepararse.
Al parecer Anna siempre tuvo un afinado sentido de la estética y la moda. De niña, aconsejaba a su padre, Charles Wintour, editor del periódico británico Evening Standard, con ideas para que la publicación fuera más atractiva para los jóvenes. Asimismo, también recibió la influencia de su madrastra, Audrey Slaughter, editora de revistas. Anna habría heredado la vena periodística, así como uno de sus hermanos, que es editor político del diario británico The Guardian. Su padre tenía fama de ser estricto no solo con sus hijos, sino también con sus empleados. “Es cierto, pero miren lo que pudo crear, un gran periódico. Y ciertamente yo aprendí de él: la gente responde bien a alguien que se muestra seguro de lo que quiere”, explicó Anna en una entrevista.
Pero de joven siempre se sintió extraña en una familia llena de intelectuales y de hermanos que tenían éxito académico. Ella ni siquiera pudo terminar el colegio en Londres y decidió que no iría a la universidad. Aun así, sus padres la obligaron a tomar clases de moda, pensando en sus intereses, pero ella se retiró con la excusa de que “o sabes de moda, o no”. En los 70 empezó a trabajar en el mundo editorial en la revista Harpers & Queen. “Recuerdo al editor decirme que Anna no era escritora, pero que tenía algo más, una visión especial, y que algún día ella nos daría empleo a nosotros”, confesó al diario británico The Independent, una colega. Luego se trasladó a Nueva York para seguir en Harper’s Bazaar hasta llegar a Vogue en 1982. Las malas lenguas dicen que cuando su editora Grace Mirabella la entrevistó, le hizo la pregunta de rigor acerca de qué trabajo deseaba. Wintour habría respondido: “El suyo”. A los seis años lo consiguió.
En la edición norteamericana, la nueva editora inició una revolución similar a la que una de sus antecesoras y su inspiración, Diana Vreeland, había logrado años atrás, buscando fotos llamativas en exteriores y con temas novedosos, no solo referentes a estilo de vida. Se encargó de volver la moda un show completo y por eso empezó a incluir celebridades en sus portadas, como Kim Basinger, Nicole Kidman, Renée Zellweger, Hillary Clinton y Oprah Winfrey. Cuentan que a esta última le advirtió que no la dejaría aparecer en Vogue si no bajaba de peso. Quizá por esto la han acusado de elitista. Sus biografías revelan que en una oportunidad sus reporteros trabajaban en un artículo sobre cáncer de seno, basado en el testimonio de una mujer del común. Wintour exigió que en lugar de esa fuente consiguieran a una empresaria famosa aquejada por el mal. También la tildan de beneficiar a algunos diseñadores, no por su talento, sino por sus conexiones con figuras poderosas. Quienes la defienden dicen que el elitismo es propio de la moda y que Vogue se encarga de “educar nuestros ojos y afinar nuestro gusto”. Alguien más sostuvo que la revista se ha enfocado en mostrar la belleza como una construcción, “no un simple regalo”, que puede ser disfrutada más allá de los 40 y los 50 años, y que, a diferencia de otras publicaciones, no está plagada de consejos sobre cómo aplanar el abdomen o cómo conquistar a un hombre. Lo que enseña a las mujeres es cómo darse gusto.
Sea lo que sea, Anna Wintour ha hecho suya la cruzada de apoyar nuevos talentos por medio de la Fundación CFDA/Vogue. Gracias a actos benéficos ha recaudado más de diez millones de dólares para asociaciones que luchan contra el sida y cerca de cincuenta millones para el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. En los últimos años, además, no ha dejado de aparecer en la escena política, por su vínculo con las campañas de Obama, tanto que se ha especulado que está buscando una embajada. Sin embargo, frente a rumores sobre su retiro, las directivas del grupo mediático han dejado saber que habrá Anna Wintour para rato, pues su poder no pasa de moda. No pudo haberlo expresado mejor R. J. Cutler, director del documental The September Issue, sobre la edición más ambiciosa de Vogue: “Uno puede hacer una película en Hollywood sin el respaldo de Steven Spielberg y sacar un software en Silicon Valley sin Bill Gates. Pero es muy claro que uno no puede triunfar en la industria de la moda sin la bendición de Anna Wintour”.

El 7° Arte



El cine es llamado el “séptimo arte” debido a su inclusión a la lista de las demás expresiones artísticas: pintura, escultura, arquitectura, literatura, música y danza completan el septeto. Actualmente es quizá el presenciado por más personas en el mundo, en cualquiera de sus formas. Técnicamente, cualquier película, documental o video de cualquier índole presentado ante un grupo de personas puede ser llamado cine.
El cinema digital se está convirtiendo en una realidad. Con el tiempo, todas las salas de cine del mundo estarán proyectando sus películas en formato digital, pues elimina muchos de los problemas de imagen presentados en las funciones actuales. Sin embargo, esto no ocurrirá pronto debido a la gran cantidad de espacio virtual que los cines tendrán que tener para almacenar todas las películas que les sean enviadas por las compañías cinematográficas.

El cine surgió, de acuerdo a registros históricos y como fecha oficial, el 28 de diciembre de 1895, cuando los hermanos Lumière presentaron al mundo su Cinematógrafo, un antiguo sistema que presentaba imágenes una tras otra, dando la sensación de movimiento. Sin embargo, esta idea no era nueva. La búsqueda de plasmar el movimiento en imágenes data desde muchos siglos antes, con las pinturas rupestres mencionadas en otra sección de nuestro sitio.

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Ganadores del Oscar 2016

        


Spotlight, que optaba a seis premios de la Academia, ha sido merecedora de la estatuilla dorada a la mejor película y mejor guión original. Como número de galardones la gran vencedora ha sido la historia post-apocalíptica de Mad Max: Furia en la carretera que se ha hecho con seis premios de las diez nominaciones a las que optaba.
El renacido, la gran favorita con doce nominaciones, se ha tenido que contentar con tres premios importantes, el de director para Alejandro G. Iñárritu, el de actor para Leonardo DiCaprio y el de fotografía para El Chivo Lubezki.
La ceremonia ha sido presentada por el cómico Chris Rock, que ha lidiado con la polémica de la falta de diversidad entre los candidatos por segunda vez consecutiva.
Este año el orden de las categorías ha variado respecto a otras ediciones. El listado de los ganadores es el siguiente:
OSCAR MEJOR GUIÓN ORIGINALSPOTLIGHT. Han recogido el Oscar Tom McCarthy y Josh Singer, que también es productor de este filme que narra con detalle la investigación periodística del Boston Globe que destapó los abusos sexuales a menores en la iglesia católica de Boston, una situación que se produjo con la connivencia de la jerarquía eclesiástica y de toda la comunidad.
OSCAR MEJOR GUIÓN ADAPTADOLA GRAN APUESTA. El drama con visos de comedia sobre la burbuja inmobiliaria que estalló en 2008 en Estados Unidos ha ganado el Oscar al mejor guión adaptado, escrito por el director del filme, Adam McKay, y Charles Randolph en base al libro de Michael Lewis.
OSCAR MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: La sueca ALICIA VIKANDER, porLa chica danesa. Esta es la primera nominación de la actriz, que interpreta a la pintora Gerda Wegener en la película dirigida por Tom Hooper.
OSCAR MEJOR DISEÑO DE VESTUARIOMAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA, de Jenny Beavan
OSCAR MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓNMAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA, de Colin Gibson y Lisa Thompson
OSCAR MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍAMAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA, Lelsey Vanderwalt, Elka Wardega y Damian Martin
OSCAR MEJOR FOTOGRAFÍAEMMANUEL LUBEZKI gana su tercer Oscar por la bellísima fotografía de El renacido.
OSCAR MEJOR MONTAJEMAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA, de Margaret Sixel, esposa de George Miller, director de la película post-apocalíptica
OSCAR MEJOR MONTAJE DE SONIDOMAD MAX:FURIA EN LA CARRETERA, de Mark Mangini y David White.
OSCAR MEJOR MEZCLA DE SONIDOMAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA, de Chris Jenkins, Gregg Rudloff y Ben Osmo
OSCAR MEJORES EFECTOS VISUALESEX MACHINA, de Andrew Whitehurst, Paul Norris, Mark Ardington y Sara Bennett
OSCAR MEJOR CORTO DE ANIMACIÓN: BEAR STORY, de Gabriel Osorio y Pato Escala. El premio lo han anunciado los Minions. El corto chileno ha sido una sorpresa ya que estaba en la tercera posición en las apuestas.
OSCAR MEJOR PELÍCULA ANIMADADEL REVÉS, de Pete Docter y Jonas Rivera
OSCAR MEJOR ACTOR DE REPARTOMARK RYLANCE. El británico, ganador del Bafta, ha vencido al favorito Sylvester Stallone por su papel del espía Rudolf Abel en El puente de los espías
OSCAR MEJOR CORTO DOCUMENTALA GIRL IN THE RIVER, de la paquistaní Sharmeen Obaid-Chinoy.
OSCAR MEJOR LARGOMETRAJE DOCUMENTALAMY, de Asif Kapadia y James Gay-Rees. El documental muestra al mundo la persona entrañable que era la cantante Amy Winehouse.
OSCAR MEJOR CORTOMETRAJESTUTTERER, de Benjain Claery y Serena Armitage
El premio lo ha otorgado Abraham Atta y el jovencísimo actor de nueve años Jason Tremblay, protagonista de La habitación.
OSCAR MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA: EL HIJO DE SAÚL, del húngaro László Nemes. El drama ambientado en el campo de concentración de Auschwitz estaba en todas las quinielas como favorita.
OSCAR MEJOR BANDA SONORA: El veterano ENNIO MORRICONErecoge su Oscar por la banda sonora de Los odiosos ocho. Todos los espectadores se han puesto en pie para ovacionar a esta leyenda italiana de 87 años, ganadora de un Oscar honorífico y con seis nominaciones a sus espaldas.
OSCAR MEJOR CANCIÓN ORIGINALSAM SMITH JIMMY NAPES por Writing’s on the Wall, canción de Spectre, la última película de James Bond.
OSCAR MEJOR DIRECTORALEJANDRO G. IÑÁRRITU ha ganado su segundo Oscar consecutivo por El renacido. El mexicano ha agradecido a todo el equipo y ha tenido una frase especial para Dicaprio: “Leo, tú eres el renacido”.
OSCAR MEJOR ACTRIZBRIE LARSON, por La habitación. La californiana, de 26 años, era la gran favorita
OSCAR MEJOR ACTORLEONARDO DICAPRIO ha conseguido su primer Oscar. Por fin a la quinta fue la vencida y el estadounidense se lleva la estatuilla por su excepcional trabajo como Hugh Glass en El Renacido.

Recursos Digitales

Un recurso digital es cualquier tipo de información que se encuentra almacenada en formato digital.
De acuerdo con una definición formal del ISBD (ER) (1997), entendemos por recurso digital todo material codificado para ser manipulado por una computadora y consultado de manera directa o por acceso electrónico remoto.
Los recursos digitales facilitan el almacenamiento, la organización y la recuperación de enormes cantidades de datos.
A la estructura de información externa de un recurso digital se le denomina metadato y describe los aspectos técnicos y educativos del objeto. Siguiendo el estándar IEEE LOM y ajustando el perfil de aplicación para el proyecto, se definen los siguientes metadatos obligatorios para los objetos de aprendizaje y se consideran opcionales el resto de campos de la especificación


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Lynn Hirschberg

Lynn hirschberg

Es una escritora que trabaja para W Magazine, donde hace estos excelentes screen tests a los actores y actrices que participan en las peliculas nominadas a la temporada de premios que son al principio de año. 

Entre las paginas de W Magazine se pueden ver diferentes actores, modelando para las extravagantes sesiones de la revista, junto con su propio screen test. 

Algunos de los Lynn Hirschberg's Screen Tests:







The Movie Issue

Cada año la revista, W Magazine, entrevista y hace una sesión a los actores principales que están nominados o participan en las películas que se juegan importantes premios. 

Cuenta con "Best Performaness" y cada año, la revista apuesta en quienes serán los nominados, luego los ganadores. 

Aquí unas fotografías de las personas que participaron en esta temporada de premios


Best Performances - Rooney MaraBest Performances - Alicia VikanderBest Performances - Brie LarsonBest Performances - Eddie Redmayne
Best Performances - Saoirse Ronan

Best Performances - Carey Mulligan
Lynn Hirschberg incluyo a Carey Mulligan, creyendo que esta obtendría una nominación por su papel en la película "Las sufragistas" una película acerca de un grupo de mujeres peleando por su derecho a votar en Inglaterra de los años 50's, pero Mulligan no estuvo incluida en las nominaciones de ningún premio. 

Alicia Vikander fue ganadora del Oscar por mejor actriz de reparto por su papel en "La Chica Danesa" y Brie Larson ganadora de mejor actriz principal por su papel en "La Habitación"